El talibán que llevamos dentro

Buenos días, estos días está muy presente en las noticias la toma de Afganistan por parte de los talibanes y como esto va a repercutir en la población, sobre todo en mujeres y niñas.

Y a raíz de esta noticia y de la palabra “talibán” emergió en mí una enseñanza muy valiosa que experimenté hace algunos años y que a lo mejor puede servir como una reflexión para comprender que la radicalidad no se encuentra en un país lejano sino, a veces, muy bien camuflada en nuestro interior.

Yo era una de esas personas que consideraba que mi camino espiritual era el único y verdadero. Recuerdo con mucha claridad tener conversaciones con otras personas que practicaban otros senderos espirituales y en mi interior tener este tipo de pensamiento condescendiente que se podría traducir como “pobrecillo/a está totalmente perdido/a… a lo mejor algún día se entera de cual es el verdadero camino espiritual” Así andaba yo, ¡como un verdadero talibán!, despreciando, desdeñando a las demás personas. Con una arrogancia brutal y a la vez con una inconsciecia total. Un día, con motivo de la pérdida de mi salud, me tuve que abrir a otros caminos donde recuperar mi equilibrio y entonces, como si me diera de bruces contra una pared, tuve una revelación que cambiaría totalmente mi percepción sobre los diferentes caminos… “Mi camino es el mejor… pero para mí. Todos los caminos son útiles para cada persona que los transita”

No quiero decir que haya superado completamente este sentido de autoimportancia… algunas veces me veo discutiendo y queriendo tener la razón, algunas veces me veo criticando a profesores y practicantes, algunas veces veo a los talibanes y me gustaría… darles algo de su medicina… o que desaparecieran… Pero después de haber tenido la experiencia que he compartido previamente, me doy cuenta mucho más rápido que el querer imponer y la violencia aunque sea mental, señala mi propia falta de sabiduría y además no soluciona nada, todo lo contrario, lo empeora. En palabras de Gandhi «La violencia es el arma de los débiles, la no-violencia la de los fuertes».

Se están viendo muchos movimientos a nivel global para pedir garantías de respeto a la población afgana por parte de los talibanes y estoy seguro que muchas personas están enviando todas sus bendiciones para que la población en general y en particular mujeres y niñas no sean victimas del movimiento radical.

Si eres practicante de cualquier tradición espiritual o simplemente un practicante de la Atención Plena te invito a un reto. Comparte tus buenos deseos, los méritos de tu práctica, no solo con las personas afectadas sino más aún con los propios talibanes. Estas personas están, desde mi punto de vista, engullidos de la más absoluta ignorancia y oscuridad, por ello son incapaces de tolerar cualquier otra forma de vida e incluso llegar a matar por sus ideales.

Que en el corazón de todas estás personas y también en el nuestro germine la semilla de la claridad y la compasión.

Un abrazo

Damián Pineda